¿Qué es la Teleasistencia?

Para muchos el término “Teleasistencia” es desconocido. Teleasistencia puede ser descrita como un servicio que provee cuidado a distancia. El ejemplo más común es el de las alarmas personales (botón del pánico), que consisten en un medallón o pulsera con un botón, que el usuario debe pulsar ante una emergencia. Pero existen otra soluciones más avanzadas, como los sistemas de sensores ambientales, que son capaces de monitorizar los movimientos del usuario, y detectar las emergencias de forma automática, dispositivos GPS para personas con potencial riesgo de pérdida, e incluso sistemas de webcams a través de los cuales podemos ver y hablar con el usuario.

¿Por qué debería tu familiar mayor considerar la Teleasistencia?

El hogar es donde está el corazón, y permanecer en él cuando es razonablemente posible, está en el deseo de todas las personas independientemente de la edad en que se encuentren. Proveer una manera adicional de soporte al cuidado de alguien, que pueda suponer la diferencia entre mantenerse en su casa y tener que buscar una residencia, hogar tutelado, o un cuidador 24 horas, parece una solución lógica. Aun así, hay que investigar algunas consideraciones. Una de las preocupaciones asociadas con la Teleasistencia  es que puede disminuir el contacto humano, y que el hecho de tener contratado un servicio de Teleasistencia puede significar menos visitas de la familia y los cuidadores. Para la mayoría de cuidadores informales, sin embargo, la Teleasistencia ayuda a cambiar la naturaleza de las visitas, de funcionales visitas rutinarias a aquellas más sociales; mejorando las relaciónes padres-hijos evitando conducirlos a una relación cuidador-cuidado, manteniendo una sana y natural relación familiar.

En un contexto profesional, la Teleasistencia puede ayudar a las organizaciones de asistencia domiciliaria a ser más eficientes, visitas más largas, en lugar de muchas visitas rápidas de chequeo. Con los dispositivos de Teleasistencia que requieren de la acción del usuario (pulsador de emergencia) puede haber deficiencias en el servicio -especialmente en usuarios con deterioro cognitivo (demencias como Alzheimer), que se olvidan de llevar la pulsera o simplemente olvidan que pueden usar el servicio. La introducción de nuevas tecnologías al servicio de la Teleasistencia pueden ayudar a este tipo de pacientes.

 

¿Qué debería considerar la persona mayor a la hora de elegir Teleasistencia?

A la hora de elegir Teleasistencia, puede ser de ayuda considerar lo siguiente:

¿Con qué problemas puede ayudarme la Teleasistencia y qué dispositivos necesito? Puede resultar obvio, pero cada persona tiene una necesidades; una misma solución para todos se antoja complicada, y necesitamos una mirada más a fondo. Para proveer una solución completa, puede ser necesario combinar varios elementos, como el botón de emergencias personal, y un sistema de monitorización, o un detector en la puerta de entrada, o quizá queramos conocer detalles imporatantes sobre la calidad de su nutrición, higiene, etc. Elegir los dispositivos adecuados que refuercen la conexión con la familia, que mantengan la sensación de independencia y seguridad en el usuario, y que sean fáciles de utilizar -incluso que no necesiten de la acción de este, y sean totalmente autónomos, son algunos de los puntos a tener en cuenta y dependerán, en gran medida, de la naturaleza y condiciones del usuario final.

 

¿Quién más está conectado al sistema, es el sistema seguro?  Lo más normal es que no sea tu familia la única involucrada en el sistema. Profesionales en un centro de control, organizaciones de asistencia domiciliaria, o incluso vecinos, pueden formar la red necesaria para el correcto funcionamiento del concepto Teleasistencia. Algunos sistemas funcionan alertando a la familia en caso de emergencia, otros son servicios profesionales los que se encargan, ya sea de contestar una llamada o desplazarse para realizar una intervención de urgencia. Cualquiera que sea la ruta o configuración que elijas, existirá una necesidad predominante de un “toque humano” al final de la cadena tecnológica: sea un centro de control, un cuidador profesional, un vecino, o tu mismo. Debemos alcanzar un equilibrio entre tener un número alto de potenciales respondedores y el hecho de “compartir el cuidado” - es crítico definir quién tiene la responsabilidad por cualquier acción que deba ser tomada. Las preocupaciones en torno a la privacidad deben ser estudiadas en el contexto de las alternativas existentes, tanto de teleasistencia como otro tipo de cuidados (residencias, cuidadores en casa). Por ejemplo, un sistema que monitoriza los movimientos las 24 horas, y que indica si el usuario está comiendo con regularidad, o si su higiene es adecuada, puede ser considerado como una disminución de la privacidad; sin embargo, sin este sistema, el usuario probablemente tendrá que tener un cuidador en casa que “vigile” estos hábitos, o irse a vivir a una residencia, perdiendo en este caso gran parte de su independencia y también privacidad.

 

¿Cómo cambia el sistema de Teleasistencia mi casa? Puede que tengamos que hacer algo de sitio a los aparatos, ocupan lo mismo que un router ADSL, pero en general el impacto es mínimo, independientemente de la solución adoptada. Aquellos que requieren la instalación de sensores en distintos lugares de la casa, utilizan tecnologías inalámbricas y de bajo coste de instalación.

 

¿Quién es el usuario activo del sistema de Teleasistencia? Las diferentes opciones funcionan de diferentes maneras. Existen las alarmas personales -la teleasistencia más extendida y que está subvencionada en muchos casos- que requieren que el usuario la lleva puesta, y pulse un botón para ser atendido; es lo que llamamos seguridad activa. Y existen sistemas de monitorización remota, donde el usuario a cuidar no debe realizar acción alguna, ni llevar nada encima; estos sistemas detectan automáticamente las emergencias (y otras situaciones que, aunque no se tratan de emergencias, son importantes como patrones de nutrición, higiene, salud mental, etc.) y avisan al centro de control y a las familias; esto es seguridad pasiva. Decidir que tipo de sistema utilizaremos, activo o pasivo, o una combinación de los dos, es un paso clave a la hora de definir un sistema de Teleasistencia.

 

¿Qué pasa las condiciones del usuario se ven deterioradas? Algunos dispositivos pueden ser útiles por un periodo limitado de tiempo. Por ejemplo, un sistema de GPS puede ayudar si una persona corre el riesgo de perderse, pero quizá el problema sea que esta persona no pueda cruzar por sí sola una calle. En ocasiones personas que llevan un medallón o pulsera olvidan para qué eran los botones, o tienen miedo de pulsarlos pensando que van a aparecer los servicios de urgencias y los van a trasladar de su casa. Las soluciones escalables, esto es, que son modulares y pueden ser ampliadas en el futuro, son la mejor opción en este caso; proveen cobertura para las necesidades del usuario en un momento dado, y pueden ser adaptadas en el futuro - ejemplo: una familia contrata un sistema de monitorización remota con sensores ambientales y, con el tiempo, detecta que el usuario comienza a mostrar indicios de demencia; entonces deciden colocar sensores de contacto en la puerta de salida para saber cuándo sale y cuándo vuelve, o en el frigorífico para saber si su alimentación es adecuada.